miércoles, 30 de septiembre de 2015

Tommy Lorente - La Vida En Un Puñado De Canciones

Hubo una época en la que cuando un disco me enganchaba no podía dejar de volver una y otra vez, como si fuera una adicción, que a lo mejor lo era. Una sensación casi enfermiza que cuando estabas totalmente apartado del contexto en el que lo habías escuchado se te venía a la cabeza, bien la portada, una melodía, una frase o los créditos, algo que hacía que permaneciera en el cerebro. Con la llegada del cd y al hacerme viejuno es una sensación que no se repite tan frecuentemente, de hecho raras veces, y es por eso que cuando ocurre es como encontrar un pozo repleto de agua potable en un desierto árido y hostil. Eso ha sido descubrir a este francotirador de Biarritz, creo.
Un disco al que llegué por algo tan frívolo como anticuado, la portada. Ver esa portada y nacer un flechazo de emoción y alegría. ¿Alguien ha comprado o no ha tenido prejuicios a un disco por su portada?. Me cuesta creer que haya una sola respuesta negativa, todos tenemos filias y fobias ante la imágen, ya sean de personas, objetos o portadas de discos. ¿Y que se esconde tras la portada de “Un Cruel Manque De Tendresse”?. Eso es lo mejor de todo. Tommy Lorente ha compuesto una decena de HIMNOS que deslumbran y nos recuerdan todo lo mejor que el rock and roll ha aportado a la cultura universal de la humanidad. Desde la inicial “Ma Dose A Toi”, arrebatadora pieza inicial cargada de connotaciones clásicas ¿pettyanas? y con un órgano deslumbrante que guía la melodía. En el disco hay cinco o seis temas que rezuman ese olor clásico, que deambula entre un sonido que evoca a la primera división (Tom Petty, Bruce Springsteen o Nick Lowe) y la segunda línea emérita (Dom Mariani, Paul Collins, citados en los créditos) “Mirabelle” es un tratado de manual, con ese solo de guitarra con la mejor influencia del sonido byrds. “La Page Aux Sentiments” mantiene el listón alto para no decaer, haciendo que inevitablemente volvamos la vista atrás hacia aquella gran escuela francesa de mediados de los ochenta que llamó la atención de algunos aficionados, hoy ya veteranos, con nombres como Gamine, Dogs, Kid Pharaon, Mr. Moonlight, Cry Babies, por citar algunos, en los que se pueden añadir lso que te vengan a la cabeza, otros tiempos ya un poco olvidados del siglo pasado. Para terminar la primera parte del disco, y para que no decaiga, llega “Demander Pardon”, uno de esos temas que jamás he entendido cómo no alcanza lo más alto de las listas de éxito, porque lo tiene todo (palabras y música), es casi imposible no ponerte a vocear “SANS DOUTE UNE DIFFERENCE DE GENERATION”. Un relax engañoso aparece con “Quelque Part”, con ese manto de guitarras que sobrevuelan a lo largo de sus cuatro minutos. El fuelle se vuelve a recobrar con “Les Anges S´Envolent”, con esa intro impactante y que mantiene la intensidad a lo largo de todo el tema. Ráfagas absolutamente deslumbrantes como “Katrine”, imparable y clásica, de esas que son capaces de animar cualquier fiesta alicaída y que invariablemente te evocan a cualquiera de las grandes nombres que tengas en mente. Para la recta final del disco queda “Bien Étrange”, uno de los pocos momentos relajados en el cancionero que presenta Tommy, vamos, lo que se entiende por un agarrado, que enlaza perfectamente con la cabalgada power-popera “Patience”, frenética e irrefrenable. Y para acabar, no podía rematar mejor que con “Délirium Clémence”, otro de esos temazos que podrían alzarse en esa imaginaria lista de más radiados o vendidos, al fin y al cabo soñar sigue siendo gratis.
La verdad es que tras la portada hay trabajo, sudor, grandes canciones y un  aroma a lo mejor de cada cosa, una reivindicación absoluta del poder de las canciones, de su vida, de su pasión. Hecho en Francia con aires clásicos. (Tomi -2015)






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